Eduardo Augusto
Ferro Bizzozero, uruguayo.
Divorciado.
C.I. 1.113. 451 -7.
Alias:
"Oscar", "Guillermo" "El Toto".
Nació en Montevideo
el 10 de abril de 1947. Gran parte de su adolescencia y juventud transcurrió en
la zona de El Prado.
Último domicilio
conocido: Barrio Pinares, calle OCTANTE 29
S/N - COD.POSTAL 32113
En 1964 ingresó al
ejército como cadete en el arma de Ingenieros.
Tres años después
realizó un curso en la Escuela de las Américas, ubicada en Panamá y dependiente
del Ejército de los EE.UU. De los datos biográficos consignados en el libro
"A todos ellos - Informe de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos
Desaparecidos", surge que en 1967 Ferro egresó como alférez y en 1970
ascendió a teniente segundo.
Coordinador de
Operaciones Antisubersivas (O.C.O.A.) y en el centro clandestino de detención y
torturas ubicado en los fondos del Batallón Nº 13 de Montevideo, llamado
"300 Carlos". Esta dependencia clandestina e ilegal funcionó antes en
una casa ubicada frente a la rambla de Punta Gorda y allí también estuvo Ferro.
En el año 1977
operó en Argentina. En noviembre de 1978, otra vez en el marco del Plan Cóndor,
participó del secuestro de dos militantes del PVP, Lilián Celiberti y Universindo
Rodríguez Díaz junto a los dos hijos de Lilián, de sus domicilios en la ciudad
de Porto Alegre. Esta familia se salvo de ser asesinada gracias a la
movilización y denuncias internacionales realizadas por el abogado Jair
Krischke y el Movimiento Justicia y
Derechos Humanos de Porto Alegre. Esa denuncia derivó en el único juicio que
finalizó con una condena en Brasil a los participantes de un operativo
realizado en el marco del Plan Cóndor.
Pero Ferro demostró
luego que su patología era grave. Durante un tiempo el secuestrador persiguió y acosó a Celiberti por todo
Montevideo, pretendiendo mantener con ella una relación amorosa. Harta de la
situación la valiente mujer citó al militar en un bar y en presencia de muchas personas
lo abofeteó reiteradamente provocando la huida del cobarde sujeto.
Luego fue jefe de
operaciones de la Compañía de Contrainformación e integrante del Departamento
III del Servicio de Inteligencia de Defensa (SID). Y después de la dictadura
perfeccionó su currículo realizando cursos de paracaidismo (1986), de
inteligencia en Alemania (1989); de seguridad electrónica (1991); de
información ante problemática de drogas; y, ya en 1997, de buzo táctico
militar. Ferro reside en la parada 36 del barrio Pinares de Maldonado y se
desplaza en una camioneta 4x4 Ford Ranger, gris metalizado, con vidrios
polarizados y cuya matrícula es SAD-3871 - Uruguay, registrada en la
Intendencia Municipal de Montevideo. Suele acompañarlo un gran perro
ovejero-alemán.
Involucrado
en los casos de:
UNO DE LOS ASESINOS
DE MARÍA CLAUDIA IRURETA DE GELMAN
Una investigación
realizada en el año 2002 por el periodista Roger Rodríguez - publicada en el
matutino La República - sobre las circunstancias en que fue asesinada María
Claudia Irureta Goyena de Gelman, nuera del poeta argentino Juan Gelman,
demostró que Ferro fue partícipe en el crimen de la joven argentina.
Después de
proporcionar detalles sobre la denominada "base Valparaíso", ubicada
en la calle Francisco de Medina 1525 bis, muy cerca del zoológico de Villa
Dolores, el periodista reconstruyó en base a sus fuentes, el momento en que la
joven mujer ya despojada de su hija recién nacida fue entregada a quienes
finalmente, la asesinarían. "La vida de María Claudia y la disposición de
su cuerpo quedó en manos de otros cuatro hombres, también presentes. El policía
Ricardo "Conejo" Medina y el capitán de Ejército Ricardo Arab.
quienes la habrían traído, y los oficiales Ernesto Rama y Eduardo Ferro, quienes
ya sabrían qué y dónde hacerlo.
El ex presidente
Jorge Batlle tiene detalles sobre lo que ocurrió aquel día en la Base
Valparaíso, ya que le confió al senador Rafael Michelini que el
"Conejo"
Medina había asesinado a María Claudia. También ha trascendido que su cuerpo
fue enterrado en el Batallón de Infantería 13. Allí estaría aún su tumba",
relató Rodríguez. Que precisamente es lo que están buscando antropólogos
uruguayos y argentinos desde que asumió Tabaré Vázquez como presidente.
EL
VENDEDOR DE IMPUNIDAD
El 4 de diciembre
de 1998, el semanario Brecha sostuvo que "tras la austera fachada de una
agencia privada de seguridad funciona un "equipo" que vende una
amplia gama de servicios. Entre ellos, y para quien pueda pagarla, vende "tranquilidad"
al cliente en conflicto con la ley". La agencia a que refiere Brecha era
"Federal Seguridad", cuyos socios eran entre otros el empresario radial
Miguel Sofía, acusado de integrar "el Escuadrón de la Muerte" que funcionó
en Uruguay a principio de los años 70 y asesinara a varias personas. Luego
también fue socio el contrabandista Washington Resola, quién tuviera un
importante papel en la caída del ex Director de Aduanas, Víctor Lissidini.
La investigación de
Brecha, a cargo de los periodistas Ivonne Trías y Carlos Amorín, aseguraba que
"el grupo está formado por altos oficiales militares y por civiles,
algunos de ellos con antecedentes policiales, y funciona como petit comité secreto
dentro de la empresa; esto es, no puede afirmarse que todos los integrantes de
la misma participen del grupo. Enterado de las dificultades de un empresario
con la Dirección General Impositiva (DGI), por ejemplo, el grupo se ofrece a
intermediar, cobrando fuertes sumas de dinero y bienes y asegurando la solución
al problema. Este modo operativo, similar al de la mafia, tiene la
particularidad regional de contar con la participación asesora o ejecutiva de
militares que revistaron en las filas de Inteligencia del Ejército". Uno de ellos era el coronel Ferro, quien nuevamente
adquiría un papel protagónico en actividades delictivas.
PROMOTOR
DE LA LEY DE CADUCIDAD.
En diciembre de
1986 cuando el Senado de la República discutía el entonces proyecto de Ley de
Caducidad, el Senador Luis Senatore dijo a sus pares que al recuperar la
democracia uno de los primeros citados por la Justicia Penal fue el coronel
Eduardo Ferro, junto a otros militares, para responder por el secuestro de
Lilian Celiberti y Universindo Rodríguez. El juez Angel Ruibal los citó en dos
oportunidades, pero los militares resistieron la convocatoria. Poco después
surgió la frase del entonces Comandante en Jefe del Ejército, Teniente General
Hugo Medina : "Las citaciones están guardadas en mi caja fuerte". No
es ocioso sostener entonces que la Ley de Caducidad surgió para darle impunidad
a Eduardo Ferro, entre otros. Tan importante era en el esquema de represión
ilegal que vivió el país.
El 20 de diciembre del 2004, Eduardo
Ferro comenzó a
desempeñarse como
gerente del Hotel Las Dunas de Manantiales, uno de los establecimientos más
importante del Este del país.
Ingresó como Jefe
de Vigilancia con un salario de 14.000 pesos y en julio del 2005 pasó a ocupar el
cargo de Gerente sustituyendo a Ramón de
Izequillas, quien fue contratado como asesor en Turismo del gobierno municipal
del momento.
Después de recibir
varias denuncias de empleados y ex empleados del hotel, identificando al
militar retirado como responsable de "acciones violentas" contra
ellos.
En de sus acciones
acusó a uno de ellos por robo, pero sin denunciarlo en la Justicia, allanó su
casa, lo tomó del cuello y profirió varias amenazas.
Otros funcionarios
dijeron "sentirse vigilados" por el ahora ejecutivo hotelero y
circula la versión de que "realiza escuchas telefónicas clandestinas".
Debido a todas
estas denuncias el Torturador fue obligado a renunciar.
El Sábado 28 de
Mayo de 2011 se realizó un escrache a Eduardo Ferro en Maldonado. La
Coordinadora Verdad y Justicia de Maldonado, y Plenaria Memoria y Justicia
convocaron a movilizarse hacia el barrio Pinares donde vive el torturador.
Se realizó una
caravana por la justicia que partió en buses desde Montevideo, para encontrarse
en Maldonado con la concentración que partió colocando carteles y pancartas
señalando a Eduardo Ferro como torturador impune.
Vídeo de la
actividad realizado por el Colectivo Contrafuegos
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